Si se practica la danza, al menos el ballet exige dedicación a partir de la edad infantil, dado que requiere trabajar el equilibrio, la resistencia y la flexibilidad, cualidades a desarrollar que de edad más avanzada resulta más difícil lograr.
A partir de la danza moderna y contemporánea, más flexibles en cuanto a creatividad, expresión y movimientos del cuerpo, son los más jóvenes quienes buscan clases de danza y sobre todo, urbana. Esta modalidad irrumpe con fuerza de la mano de las producciones de entretenimiento en clips de videos y contenido multimedia, atrayendo cada vez más a jóvenes apasionados del baile que unos bailan por placer, otros con pasión y hasta vocación.
Es ideal empezar desde pequeños. A veces son los padres quienes despiertan este talento en el niño cuando le apuntan a las clases fuera del centro escolar, o en el propio centro. En este momento puede descubrirse una verdadera vocación y talento para el baile, ya sea clásico, moderno, contemporáneo o como ya más estamos viendo ahora, danza free style o urbana.
De manera profesional, muchos jóvenes desean convertir en realidad un sueño que bien puede partir de una pasión: bailar.
Desde que son adolescentes e incluso niños, su dedicación empieza siendo una afición pero puede convertirse en vocación. Y buena parte de ellos acudirá a clases de baile (con Portalo’s por ejemplo) con la idea de aprender la técnica, los preceptos, y enfocarse en una carrera vocacional o profesional.
Y como toda expresión artística, es imposible abandonar la práctica y la formación, otra cosa es que el talento y la suerte terminen de acompañar y el éxito llame a la puerta del bailarín. A muchos no les importa si ocurre o no, pero para otros sí significa algo importante. Otro enorme espectro de usuarios, solo quieren bailar para estar en forma y disfrutar como entretenimiento.
Cualquier género interpretativo requiere formación y talento, y este último no todos están llamados a tenerlo, aunque sí a desarrollarlo. Y en las clases de danza pueden llegar a saber si realmente merece la pena tener plena dedicación con el baile o simplemente tenerlo como afición. Pero eso es algo tan personal y depende de tantos factores, que la mayoría prefiere intentarlo muchas veces, a ni siquiera darse oportunidades.
Para los más mayores, el mundo del baile supone un mundo también por descubrir.